Crisis en matrimonio joven
Caso:
Antonio y Laura acaban de casarse. Proceden de familias cristianas y han recibido buena formación. Su noviazgo ha sido breve, pues Laura ha aprobado unas oposiciones a las que ha dedicado algunos años y tiene deseos de formar pronto una familia. Laura piensa que Antonio cumple sus expectativas: se quieren mucho, coinciden en temas importantes, como el deseo de ser fieles en el matrimonio, la apertura a la vida, la vivencia de su fe y el deseo de dar a sus futuros hijos una enseñanza católica. Sin embargo, ya desde la época del noviazgo han notado que tienen aficiones muy diferentes. Por poner algunos ejemplos, Antonio es muy activo y le encantan los deportes de montaña y la astronomía. Laura en cambio es hogareña y poco deportista; lo que realmente le apasiona es el teatro.
Cuando contrajeron matrimonio pactaron que cada uno procuraría respetar los gustos del otro, pues consideran que cada cónyuge ha de tener su tiempo de esparcimiento. Por otra parte, es algo que ven que sucede en otras parejas: sus amigos y compañeros de profesión viven de manera bastante independiente después de casarse. Algunos amigos han roto su matrimonio en pocos años. Esto les afecta, pero piensan que no va con ellos porque ambos coinciden en el concepto del matrimonio y se apoyan en sus fuertes convicciones católicas.
Después de la boda y con el pasar de los meses, sus diferencias de aficiones se han comenzado a plasmar en la vida diaria y empiezan a constatar que, en los momentos en los que buscan más desconectar y entretenerse de otro modo, difícilmente coinciden y, si lo hacen, es a costa de aburrirse bastante uno de los dos. Antonio ha instalado un telescopio en la casa y le dedica un buen rato al regresar del trabajo. También se ha apuntado a un club de montaña y aprovecha bastantes fines de semana para irse de excursión con los amigos. A Laura le gustaría sencillamente estar más tiempo en casa con Antonio, pero nota que su marido llega agobiado del trabajo y necesita tiempo de esparcimiento organizando alguna actividad. Lo de ir juntos al teatro está resultando algo más bien esporádico. En la práctica, en los momentos que podrían dedicar al descanso, a la diversión y las salidas de fin de semana, cada uno frecuenta sus propios amigos y son raras las ocasiones en las que hacen algún plan juntos, con otros matrimonios.
Un buen día, Laura comenta estas cosas con su padre, con quien tiene confianza. Su padre es un gran ejemplo para ella, y además tiene ascendiente sobre Antonio, por lo que podría orientarles a los dos. Laura le cuenta que el matrimonio no le llena tanto como ella había esperado. Es cierto que su marido le dedica manifestaciones de afecto, pero nota que algo no va. Piensa que quizá la llegada de un hijo hará que Antonio se centre más en la familia. En cualquier caso, recientemente han discutido sobre el modo de organizar sus primeras vacaciones más largas y Laura se ha sorprendido ante la propuesta de Antonio de reservarse dos o tres días para que cada uno pueda hacer un plan con amigos propios, cada uno por su cuenta.
Se pregunta
¿Cómo ayudar a los jóvenes esposos en una cultura que favorece el individualismo? ¿Es posible en el matrimonio un amor en el que cada cónyuge se reserva sus espacios de amistades, entretenimiento, etc.?